REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DOCENTE.
Soy la Profesora Ma. Lidia Solís Pérez, tengo
la licenciatura en Ciencias Sociales, imparto la asignatura de Formación Cívica y
Ética, y tengo a mi cargo la Coordinación de Asistencia Educativa en la Escuela
Secundaria Técnica 70 de La Piedad, Michoacán.
Quiero comenzar esta reflexión
diciendo que siempre me he sentido muy
cerca de la labor docente, desde niña aprendí
que esta carrera es de mucha responsabilidad porque crecí respetando y admirando la práctica de mi padre, fui testigo de su entrega, de
cómo disfrutaba su labor; como se
preparaba permanentemente, mi mamá jugo un papel igual de importante, tan
orgullosa de la familia que formaron siempre apoyándolo en su labor
docente; la escuela era lo principal
para todos, en torno a ella giraba todo en mi familia.
En esa época el docente era una autoridad para la sociedad en general, su opinión era determinante para cualquier situación, siempre había vecinos que lo buscaba después de clase para resolver algún problema.
En esa época el docente era una autoridad para la sociedad en general, su opinión era determinante para cualquier situación, siempre había vecinos que lo buscaba después de clase para resolver algún problema.
Pasado el tiempo vi a mi
hermana tomar el mismo camino estudiar la Normal Primaria y salir a otra ciudad a estudiar
la Normal Superior y ese proceso de
convertirse en una maestra de secundaria, verla entregada y feliz marco mi destino.
Un buen día después de
trabajar como prefecta en la Escuela Secundaria Federal
“ Mtro. Justo Sierra” en Yurecuaro, sentí la necesidad de superarme e ingrese a la Normal Superior Juana de Asbaje, de Zamora Michoacán, logré sentirme plena y realizada profesionalmente como docente de nivel medio superior, desde entonces y ya en la Técnica 70 han pasado más de tres décadas de vida profesional y he comprobado durante este largo tiempo que la docencia es una misión porque a pesar de lo complicado que es educar estoy contenta de hacerlo, pero debemos estar actualizándos puesto que las sociedades evolucionan simple y sencillamente. Debo implementar nuevas estrategias para que mis alumnos logren las competencias necesarias para desarrollarse en la sociedad en la que les toca vivir.
“ Mtro. Justo Sierra” en Yurecuaro, sentí la necesidad de superarme e ingrese a la Normal Superior Juana de Asbaje, de Zamora Michoacán, logré sentirme plena y realizada profesionalmente como docente de nivel medio superior, desde entonces y ya en la Técnica 70 han pasado más de tres décadas de vida profesional y he comprobado durante este largo tiempo que la docencia es una misión porque a pesar de lo complicado que es educar estoy contenta de hacerlo, pero debemos estar actualizándos puesto que las sociedades evolucionan simple y sencillamente. Debo implementar nuevas estrategias para que mis alumnos logren las competencias necesarias para desarrollarse en la sociedad en la que les toca vivir.
Para lograr los propósitos de los
contenidos en mi asignatura, alcanzar los aprendizajes esperados requiero una planeación de clase muy organizada y me
esfuerzo como si fuera la primera vez en que así sea, trato de hacerla
atractiva usando nuevas herramientas
para lograrlo.
Durante estos años he tenido
experiencias muy agradables, como ver cambios de actitud en alumnos que se
muestran apáticos al principio de la clase y ver cómo van transformándose poco
a poco es de gran satisfacción. Esto se debe
a que las estrategias aplicadas inciden directamente en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Hay situaciones que están fuera de mi alcance poder cambiar, ya que cada
alumno trae a cuestas su propia problemática y esto dificulta mi labor docente.
La
escuela que el Estado y la sociedad
demandan es una institución en la que
los alumnos desarrollen competencias para la vida, esto quiere decir que
éstos adquieran y tengan la capacidad y la habilidad para desenvolverse de
manera adecuada en su vida diaria, resolviendo cualquier situación problemática
que se le presente en cualquier momento.
Debido a
lo anterior es importante mencionar la relevancia de nuestro papel docente en la formación de los alumnos, para ello
es necesario concientizarme como docente sobre lo relevante que es la formación
continua, por tal motivo asumo este compromiso y por ello acudo a los cursos de
actualización donde adquiero herramientas y estrategias para mejorar
mi práctica docente, también debo mencionar que para mí son importantes las que me comparten mis compañeros y les dan
buenos resultados me nutren, me fortalecen y las incluyo en mi planeación para mejor mí
desempeño.
Una de
estas estrategias es la reflexión sobre mi práctica, que es un proceso que
debo usar constantemente para darme cuenta de lo que sucede en el aula y evaluarme, con la finalidad de ver mis áreas
de oportunidad, mediante la detección de situaciones problemáticas las cuales
repercuten en el desarrollo de competencias de mis
alumnos, en el logro de los propósitos planteados en el desarrollo de un
contenido.
He aprendido que nada está dicho
en el salón de clase, cada día resultan
situaciones novedosas que debemos resolver en el instante en que un alumno las manifiesta desde su estado de ánimo,
propio de su edad; hasta sus problemas familiares que a veces son tan duros que
lo menos que puedo hacer es comprender, ofrecerle unas palabras de ánimo y a partir de ahí
motivarlo para lograr el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Los maestros sabemos que la escuela no es el
único lugar donde se educa ni el maestro es el único que enseña ya que los
alumnos también aprenden de sus compañeros, de sus amigos, de sus familiares,
del barrio, de los medios mal utilizados; por esta razón es un reto en el salón de clase
lograr los aprendizajes esperados y reconozco el esfuerzo que ponen en que se logren.
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